EL BLOG DE LAS JORNADAS

jueves, 23 de julio de 2015

13. Al final, Gibson no era tan frío, por Miguel Ángel Alonso Pulido

Tom Gibson siempre había sido frío. En el colegio, era el único niño que no jugaba con los demás en los recreos, limitándose a mirar a sus compañeros con ojos fríos y gesto desinteresado, mientras sus profesores criticaban sus malas notas y le decían que nunca llegaría a nada. En los institutos en los que estudió, aprendió a relacionarse y hasta conoció a una chica, Cindy Hight, a la que le gustaba, aunque fuese tan frío. En cierto sentido, había intentado recrear aquella adolescente en todas las mujeres que había conocido después, sin éxito ninguno a pesar de todos sus esfuerzos.
Toda su frialdad desapareció tras dos años en el corredor de la muerte, cuando reconoció aterrorizado a Cindy entre el público. Antes de que pudiera gritar, el verdugo activó la silla eléctrica; lo último que vio en vida fue aquel espectro frente a él, con sus fauces abiertas. El resto de sus numerosas víctimas vino después.


Miguel Ángel Alonso Pulido

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